La cúpula de los Inválidos






La Cúpula de los Inválidos es escrita en un estilo sencillo donde el narrador pone su estilo en la historia. Hay una frase de Augusto Comte que puede entrar muy bien en lo que pasa con la narración: “Los datos proporcionados por los sentidos y los hechos observables son fuente fundamental y exclusiva de todo conocimiento”. El lector se mete en la historia, se le imagina y siempre tiene la incertidumbre de qué sucederá. Al final de la historia  se puede decir que algunas personas que la leen no saben que sucedió… ¿El narrador estaba soñando, borracho o qué le pasaba?, esas solo son algunas preguntas que se hacen a la hora de haber terminado de leer el texto.
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La tendencia estética del realismo literario apareció aproximadamente en 1.825 para referirse a la imaginación de los románticos de la naturaleza y al detalle descriptivo de algunos novelistas, como es el ejemplo de Balzac. En el texto se menciona en repetidas ocasiones el tema de la naturaleza: árboles, piedras, entre otros elementos. Utiliza estos términos para describir algunas situaciones que suceden en la historia. Una frase que dice:” Las piedras se armaban de nuevo, las bellas franjas doradas reaparecían, y yo me secaba la cara instintivamente”.

Se puede observar como describe la Cúpula de los Inválidos como uno de los monumentos más bellos de París, hace una comparación con los rayos del sol, las piedras y el cielo  precioso que hay en Francia. Esta teoría la utilizaba Ivan Turgueniev, uno de los escritores más influyentes de la etapa floreciente de la narrativa rusa.
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Uno de los problemas que sucede en el escrito es como hace el narrador para ocuparse de La Cúpula, ¿dónde la deja si logra quedarse con ella?, ¿se la lleva para su hogar? Fioder Dostoievski llama esto como planteamiento de problemas existenciales de alcance universal.
La literatura busca la inspiración en abstracciones, la realidad es múltiple polifacética. El escritor le intenta poner  su toque, habla de cosas que pueden ser poco reales, se sale de lo común para intentar llamar la atención de todos los lectores. Lo obvio aburre y cansa, a la mayoría de personas lo extraño y poco real los emociona y, entretiene.

Como se dice popularmente: “muy pocas cosas se describen en un abrir y cerrar de ojos”, las obras deben tener una gran capacidad de síntesis y más en la literatura donde la mayoría de textos son muy descriptivos y se intenta en no dejar ningún detalle de lado.
La poesía y la historia son dos términos que se utilizan mucho en el texto porque nos habla de París y de los monjes del siglo XVI.

En lo artístico la belleza es lo más ideal. Cuando describen a La Cúpula la hacen notar algo hermoso, por ejemplo en esta frase: “Lanzaba sus miradas, sus ojos reían, el sol al pasar por las ventanas abiertas de tramo en tramo, le daba un vago parecido con ojos, tenía una mirada que enamoraba a cualquier persona”. En este caso le meten algo más al relato que solo una historia y eso es llamativo para el que lo lee.

Al leer la novela muy pocas personas se imaginan el final, es algo de mucha intriga. En un buen relato el destino se impone y en esta historia no es la excepción. En el camino cada detalle es importante, cada párrafo le da un toque diferente y hace que no sea aburridora para las personas que la leen, al contrario… no se pierde el alma de la literatura que es ir más allá de solo narrar una historia.

Para concluir, en el texto encontramos muchas semejanzas que nos puede llevar a que el relato de La cúpula de los inválidos es una excelente narración literaria  porque llama la atención de los lectores, le meten dramatismo al texto, tiene un final que puede tener varias opiniones entre las personas porque no es un relato que esté bien terminado (no quiere decir que esté mal escrito).

Quisiera cerrar este escrito con una frase del profesor Marcos Fidel Vega Seña de la Universidad Católica Luis Amigó: “leerlos a ustedes es muy aburrido y da sueño”, una frase para reflexionar y no solo para tomarla como un broma del salón de clase.

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